viernes, 20 de junio de 2014

Dejando Nápoles atrás



Hoy, 20 de junio del 2014, a pocas semanas de terminar este curso y sin saber muy bien por qué, no puedo evitar recordar el pasado año. Los amigos que hice en esa época, las interminables fiestas nocturnas llenas de alcohol y risas y, como no, su cama.


No era el mejor tren en el que me había sentado,
ni cómodo ni rápido, pero era barato.
Me senté junto a la ventana con los cascos y
la música puestos sonando como un eco
lejano en mi cabeza, sin escucharla.

Dejando Nápoles atrás todo lo que seguía hacia
delante me parecía feo, decadente, triste.
Montañas oscuras, árboles estropeados, tierra infértil,
pueblos viejos y gastados… El cielo era denso, pesado y gris
y cuanto más lo miraba más lo sentía en mi estómago, frío,
expandiéndose con rapidez mientras mis tripas tiritaban.

“Te voy a extrañar”. Esas palabras se repetían
en mi mente,incrédula, a la cual le costaba creerlo y al mismo tiempo
lo deseaba más que nada en ese momento.

“Yo sí que te voy a extrañar” pensé justo antes
del abrazo, sin atreverme a decirlo en voz alta.
Y la extrañaría más de lo que me hubiera gustado creer.
Ojalá hubiera podido sentir que ella también a mí.



Ele


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